Último laberinto: El fin de Raphaela

Se oía el galope de los jinetes amordazados, sus huesos traían sus escamas en su espina dorsal, mi espada tenía el espesor de los Dioses de Taotoken, aun cuando este me diera la espalda... Mis ojos fueron vendados por dos de mis escritores, cinco a seis de mis santos hacían lectura de los Salmos de Poe, las marejadas me esperaban ansiosas, mis ángeles descendieron de sus páginas, después de un par de millas de infierno, cruzando el mar muerto, abandoné con dolor mis laberintos de Alcatena y Mazzitelli, mis arlequines moribundos cerraron las puertas de sus circos en un gesto grotesco.
... El teatro de las sombras bajó el telón por algunos segundos...

Avanzaba por teorías de relatividad; la inquietud intelectual, la imaginación, la inventiva, la inducción, el raciocinio, contemplando la humanidad en distintas generaciones, mi espada tenía un brillo inusual, cuando logré ver su reflejo, descubrí la inmortalidad de una muerte sencilla y el abandono, logré elevar mis alas, cada vez más perfectas, mi saliva, mi cuello y mejilla dieron la cara... Y la ambición del adversario, se hizo presente...
Abracé al recuerdo de Aída, al amor de mi Padre. "El acto de la muerte" era la función principal del acto de las sombras, aceleré mis alas en busca de la Guerra y sus Marejadas, el sabor de las tinieblas, tenían un ardid a mis espaldas y una brusca humedad en mi tejido, hizo que el color rojizo cubriera mi epidermis...

¡Maldita! ¡Creíste que el ángel te quería!, ¡haré palidecer tu rostro!, un demonio creía tener las respuestas... Leía sus negras cartas, y esparcía el veneno como un enjambre de avispas... Cassiel ahora es humano, cubrieron sus alas con un paño mortuorio... Rehuí al ver sus alas adormecidas... Gemí al ver a mis arlequines moribundos, al ver la perversidad y su gran mofa, sé bien quienes son mis verdugos y Dios ¡cómo les amaba!... Mi corazón empezó a desprenderse de la piel... Alguien habló de suicidio...
Hemingway discutía con Maupassant sobre la dosis, ¡una sobredosis! agregó Quiroga...
¿Por qué Padre? ¿No querías que dos almas tan esqueléticas, fueran tan compatibles?... ¡La guerra ha comenzado!... Y aún estoy desencantada por la desilusión humana... Me disuelvo en el veneno ¡y tú! te empeñaste en verme distinta, no sabes acaso que Alexandra le teme a los infiernos... Si aún me amas, ¿porqué dejas que el legado de Aída, la escribana, engendre a los falsos poetas cubrir mi cruz?, ¿acaso no ves mi mejilla?
¡Este es el fin de la travesía por el laberinto!
... ¡Alcatena! ¡Mazitelli! ¡Temo por el ángel que es humano! ¡Protéjanlo! Que en las noches negras, cuando acaricie mi nombre, no reconozca haberme dejado en la oscuridad…

¡Cassiel! ¡Dime!, ¡háblame!, ¿porqué me dejas así?... Mis demonios comen de mi mente, me atemorizan... ¡Berlín!... tuve vértigos al ver el abismo en nuestras frentes...
¡Alexandra! ¡Aída! Tres monedas de barro...
Ligeia ¡Y su Teatro de las Sombras!... Su séptimo cuervo de oficio…
Atormentada lancé tres monedas, arrojé las vendas de mis ojos y ví el peor de los escenarios, reconocí el rostro de la maldad y le abofeteé la cara...
... Una moneda de barro...
-¡No vayas es una muerte segura!-
¡Sólo es una herida Fedor!
(El ángel de la victoria lee a Raphaela y extrae la última página de su libro).
... Dos monedas de barro...
¡Esta es una de mis obras!...
¡Y hago lo que me plazca!
Los ángeles amortajados fueron levantados por mi orden, mis santos empuñaban sus espadas, los ángeles caídos tienen de escudo mis letras... saborean mis prosas ¡Silencio!
¡La Guerra ha comenzado!

El cielo se viste de mi literatura, mi Padre es mi credo, Aída mi horizonte ¡verteré hechos en la profundidad! Mis arlequines han alzado sus banderas, los ángeles amortajados son levantados de su catacumbas, los escritores suicidas son resucitados ¡Que los libros hablen! Que las ecuaciones se despejen ¡Raphaela ha despertado! ¡Cuidado! (que Bierce está a mi izquierda) ¡Que gima el fantasma de la ópera!
¡Que comience el espectáculo!
¡Luzbell me espera!... Mis santos se preparan...
Mis cálculos circulares y geométricos, las soberbias literarias y mis latitudes geográficas sucumbieron ante tal belleza, legiones de ángeles cruzando a la diestra, los demonios al verme al frente, ironizan, sus mofas son bruscas, algunos de mis ángeles a lo largo de mi columna pusieron una fina flecha ¡Es de mi Padre!¡grito!... "Delimitar los océanos" es el plan de los simpatizantes, conquistar sus aguas y poner fin a las mareas rojas, al Demonio... A la Perversidad, a favor de los humanos emergentes ¿Y cómo definir lo que es realmente el ser humano? ¿Si hay algunos que asesinan con palabras?...
Mi alma se desgarra completamente, mi espanto vocifera gritos, en forma demencial. Entonces comprendí la melancolía pura, que apenas deja llantos y sucede a la prolongación del abandono.
¡Muero! ¡Pero no será tan fácil! el ángel de la misericordia lee a Aída y ríe...

¡Que el cielo se abra! que los ángeles desciendan ¡que se cubra el Diablo! que mis santos se visten de mí, que los escritores suicidas beban el sabor de mis prosas, ¡que mis letras escandalizan!
Los ángeles rompen en fila, mis santos se impacientan., ¡Luzbell! se hace presente en su carroza fúnebre... Los demonios descienden, el mar de las divinidades ¡fluye! en tempestades de ideas, en lugares insanos sumergidos en océanos de sangre de literatos mediocres, las marejadas son grandes olas de soberbias literarias, codicias, y por sobretodo ¡Vértebras!...
El cielo se viste de mi literatura, los personajes no tienen rostro, mis demonios comen de mi mente (pero no me atemorizan ) mis arlequines están a mi diestra, los demonios son demasiados...
¡En el nombre del Padre del Hijo!...
Algunos huyen... Y viene tu mirada, tus gestos y otras contemplaciones.
Palpé mi rostro y con tal simetría que creí conocer de manera exagerada el dolor.
Mis ángeles se impacientan, mis libros caen… ¡grito!

Y mi eco se esparce por toda la profundidad... Un santo es muerto por un demonio, un demonio, por dos de mis ángeles, un arlequín es derrotado ¡por una bestia que no tiene nombre!... La muerte me guiña el ojo. ¡Pero no es fácil derrotar a esta libélula! mi espada reza y mi armadura me cubre, el cielo es cada vez más rojo…
Los tambores cantan y el eco es muerte, uno a uno son devorados con el rigor de mi sangre...
¡Que el cielo se abra! ¡Que mis escritores malditos hagan sus mejores versos! ¡Que el santo baile! ¡La suerte ríe!
¡Raphaela¡ ¡Es la dramaturga!... que las brujas blasfemen, que los ángeles cubran mi manto sagrado¡ Cassiel es mi ángel y nadie le hace daño!, ¡que muera el espanto! Que Raphaela tiene el poder de los santos apedreados, que su mano no tiemble y que el Diablo se haga el sordo, que los humanos serán bendecidos, y sus pecados sean perdonados ¡que Hesse a traído a Demian. ¡Espanto y literatura! ¡Aída ha resucitado! ¡Alexandra es inmortal! que los títeres del circo lloren ¡Raphaela es saliva y arde en sus perfiles! ¡Dios la salve! ¡Que los que juzgan muerdan sus bocas! Que sus putrefactas pócimas se las traguen ¡Silencio! ¡Que Raphaela es fuego! Que la tiniebla de sus manos es sólo una ¡milésima!
¡Que mis personajes despierten! Que el amor no es traicionero ¡sólo existen amantes traidores! Que mi Maestro me mire a los ojos, que Alexandra en una danza ha inmortalizado a mis Arlequines pálidos…
El mar separa el continente de mil formas habitables. En ningún punto se divisa el sol en nuestros cráneos, las sombras oceánicas, en un momento estratégico, dejan ver a los fantasmas, sus huesos en sus espaldas traen la ira de otros, su espanto, en segundos de réquiem se convirtieron en grandes enjambres y se vistieron de tumbas...

Mis arlequines demenciales vociferan ¡Que tiemble el décimo laberinto de Alcatena¡ Que mis personajes me protejan, que se abran las puertas del Teatro de las sombras, ¡Berlín! ¡El era mi ángel! Y lo han lastimado… ¡Que suenen los tambores de la rebeldía!, que las siete llaves de Ligeia sean mías, que mis letras fluyan ¡Denle vida a mis espantapájaros! ¡Que Dostoievski ha resucitado!…
Mi pulso se debilita ¡mis libros caen!... ¡Cassiel! ¿Has visto a los humanos? En tus brazos visualicé mi muerte, y comenzamos a llorar… Hasta ayer éramos sólo dos ángeles cambiando el curso de nuestro Padre...Y yo era tu ángel, una vez quisiste regalarme uno… ¡pudiste haberlo dibujado! ¡Maldije mi suerte! Fuimos juntos a ver en las alturas
como los humanos eran capaces de llorar, la humanidad había sido indolente, tuvimos que escuchar mofas, nuestras alas se entregaban al dolor continuamente, mi locura se evidenciaba por la desilusión de los humanos... Y aprendí a tener odios. Desaté mi armadura y me rebelé contra mi creador, motivo suficiente para morir desde antes ¿Porqué Padre? ¿No querías que dos almas tan esqueléticas, fueran presas de sus miserias? ¿Acaso no ves que ya estoy muerta? ¡ He vencido a los demonios! ¡Pero los humanos me han apedreado! !Me disuelvo en el veneno ¡Y tú! te empeñaste en verme distinta ¡no ves qué clase de ángel soy! no sabes acaso que cedí mis alas al pie de la tumba y aquel día descendí a los infiernos… ¿Por qué me juzgas? Creíste que moriría a merced de los Demonios, pero los humanos me habían dado muerte desde antes… ¡Que se cubra el infierno! ¡Que mis letras lloren! ¡Esta es la Travesía por el Laberinto!

... Otro santo es muerto por un demonio, una soberbia literaria, por dos de mis ángeles, un arlequín es decapitado ¡Ningún escritor es bueno si no es terrible! ¡Mis alas son enredadas con unos hilos de un títere! Un demonio moribundo me entierra su maquiavélica estaca, me abraza, le reconozco... Y una brusca humedad vistió en mis tejidos la palabra muerte…
¡Entonces caigo!
El ángel se recostó en lo que parecía su tumba, la sangre cubría sus alas...un Demonio le enjuiciaba, daga en mano: "muerte o exilio" a lo que Raphaela rie de manera exagerada "Grandiosos han sido los funerales en mi familia”...


Gracias a todos, gracias por sus visitas, Espero despedirme personalmente de cada uno de ustedes

Penúltimo laberinto: La partida

Caminaba por piedras irónicas, con mortales bordes, ángulos de acero forjados, milimétricamente tallados, los muros se transformaban en enormes demonios, era sin dudarlo... ¡La travesía por el laberinto! De Alcatena y Mazzitelli…
Ambrose Bierce discutía con Lovecraft en una tertulia intrigante...
-¡Ningún escritor es bueno, si no es terrible!- agregaba Dostoievski; me hizo ver a mi alrededor...
-León Tolstoi ciclofénico, Vicent Van Gogh esquizofrénico... Yo con delirios alucinatorios, Goethe psicopatía y frases maniaco depresivas... ¿Ves a Shakespeare?, su tumba dice "maldito aquel que remueva mis huesos", ¿Te parece coherente?, Raphaela... ¡No vayas! ¡es una muerte segura!-
Pero Fedor, ¿acaso no ves mi mano empuñar mi espada? Poe virtió sus letras al ver mi legión de santos...
No quise ver sus rostros, en mi tercer laberinto quedaban sus almas... Con dolor no quisieron ver mi suerte...

Avanzaba por ciencias exactas y círculos concéntricos, según los designios de la humanidad, comprendiendo a mi Padre en sus obras visibles, experimentara el avance en sus tecnologías habituales... Me esforzaba por estar despierta, era premonitorio el duelo de esta libélula, mis arlequines moribundos me observaban horrorizados al ver mis alas avanzando hacia el dolor, sin Raphaela como escribana ya no habrían más obras de teatro...
Al llegar a la profundidad, vi cómo dos alas negras se conjuraron en un extremo del dorso de un extraño, mi espalda en un equilibrio único presenciaba como empalidecían mis mejillas, la superficie ocular era protagonista de un ángel mutando a demonio, mi espina dorsal sentía el mismo subyugo lacerar mi espalda.
Era apetecible la idea redentora del pecado, los tambores en un gesto grotesco liberaban la energía del compás bélico, después de un par de millas de infierno, cruzaba el mar muerto en una embarcación llena de santos, en los costados trozos de tierra firme.

Calderón de la Barca, evidenciaba que dejar caer el telón con todos mis personajes dentro, implicaría que sus espíritus quedaran encriptados en el espectáculo, que sintiera el peso de mi armadura, lo fundamental que eran mis obras en el teatro circense... me dio una despedida de réquiem.
Seguimos por tierra en dirección a las marejadas atravesando cada uno de mis laberintos, mis personajes me observaban con dolor, algunos ironizaban con el espectáculo, con el peso de mi armadura, anunciaban la próxima función vespertina... "La angustia viene con su encanto, el réquiem de las sombras pasará por aquí"... algunos arlequines vociferaron frases en mi contra, sólo por castigarme, mi pelo enmarañado, mis escasas vértebras... Al ver mi dolor en sus bocas, atravesó en mi saliva la palabra perversidad...

La guerra de las marejadas era un hecho absoluto, consiste en que los Demonios han habitado más de tres cuartos del mundo, la Desilusión Mortífera es algo palpable para todos mis congéneres...
La idea de experimentar el libre albedrío nos ha hecho ver guerras atroces, muertes incomprendidas, que muchos ángeles han caído en rebelión por la permisividad de nuestro Padre... Mi pulso se debilita, al punto que mis ojos no tienen profundidad...
El ángel de la locura lee a Poe y ríe exageradamente, la tiniebla de sus manos se deleita con mi muerte, me atemorizan dicen que Dios no existe que es la invención de un gentil escribano en sus noches febriles... En cosa de segundos mi alma cae, mis alas se inmovilizan... Hay una puerta, mi mano tiembla, ¡la suerte ríe!...
Guerra por paz, es una misión justa, ecuación exacta, las cruces de las abadías serán puestas en nuestras frentes... Me pregunto si mi padre sabrá nuestros designios, pero las lunas negras ironizan, las marejadas se impacientan, y mi alma estalla, de tanto indefensión…
¿Porqué padre no puedes interferir?... ¿Qué quieres de mí? no ves el veneno vertirse en mis perfiles.... He reclutado más ángeles pálidos que demonios emergentes, ¡mira nuestros matices!, son oscuros, nuestro llanto, nuestra risa, ¡mi libre albedrío!... Tuve vértigos al ver el abismo en nuestras frentes...
Endulza mis oraciones al pie de mi tumba, no olvides ceder mis alas... Los demonios comen de mi mente, me atemorizan...
¡Aida! ...¿Eres tú?...
Aprendí a vivir con la soberbia ¿sabías que mi obra es mejor que Hamlet? lo oí del Quijote al decapitar un demonio... Mi vuelo sobre Berlín fue abrupto descendí en la puertas de Brandemburgo en busca del ángel invertebrado. Cedí mis alas al pie de la tumba, le enseñé a reír al más circunspecto de los demonios, estuve en misiones santas unificando a los otros ángeles y pequé con angustia, con encanto, visualicé la humanidad indolente, pero también amé como ama un humano, con mi ombligo, con mi sangre, mi saliva y sobretodo...¡Vértebras!

Uní a los ángeles en las afueras, les hablé de la guerra de las marejadas ¡vertí hechos en la profundidad!, icé la bandera de nuestra lucha en favor de los humanos emergentes, tuve adeptos, tramé un ardid a Luzbell... Los ángeles amortajados serían levantados de las catacumbas de los imperios. Se creará una reunión de reclutas, romperemos en fila...'' Delimitar los océanos" es el plan de los simpatizantes, conquistar los océanos y poner fin a las marejadas y al Demonio de la Perversidad... Los otros ángeles se preparan... Alguien nos sigue...
Comprendí malditamente según los designios de Dios que mi alma necesitara de otros congéneres pensantes, mandé a llamar… Nanael, Estepario, Clarice, Freyja, Yuriflame... Por nombrar a algunos... Tendría que enfrentarme a los grandes demonios Ligeia, Nosferatus, Natalio, Lord Lavengro, Gemónides... La tiniebla de sus manos era exquisita en la oscuridad, les admiraba...
Se me enseñó la piedad y la obediencia y que es mejor...
Como las aguas que descienden hasta llegar a los infiernos, yo elevaba su alma y escondía sus demonios ¿y cómo se deja lo que se ama? No quise ver al Estepario en mi partida, Hesse me escupió en la cara.

Me encontraba en el templo Inca, Aida se hizo presente con los ángeles del Cuzco, la melodía andina no se hizo esperar bendijeron mis alas, los sacerdotes adoloridos endulzaban mis oraciones... El Imperio precolombino por unos segundos abrió sus manos y dejó caer su llanto, visualicé en sus miradas el dolor de un ángel dirigirse a la proa emisaria, el dios de sol sabía que la venganza de la inquisición sería inminente, Aida alzó su mano
En el nombre del Padre del Hijo...

¡Cassiel! ¿aún eres humano? ¿has visto una estrella dibujarse en mi frente?... Pero la angustia viene con su encanto... mis santos se impacientan, mi pulso se debilita... ¡Mis libros caen!...

La luz introduce a los personajes...
El ángel de la miseria lee a Poe y rié...
¡Ningún escritor es bueno si no es terrible!
¡No vayas¡ ¡es una muerte segura
En el nombre del Padre del Hijo...
La Guerra ha comenzado...
¡La luz se apaga!.

Octavo laberinto: La Desilusión Humana


Mi vuelo sobre Berlin fué abrupto, descendí sobre la puerta de Brandemburgo, me esperaba Cassiel con una sonrisa, sus alas cuidarían mi armadura y por un momento me antepuse a los hechos y en las olas visualicé mi muerte... Fuimos juntos a ver en las alturas como los humanos eran capaces de llorar... tuve vértigos al ver el abismo en nuestras frentes...
La humanidad había sido indolente, tuve que estar en exilios no deseados, inmovilizar mis alas y endulzar mis oraciones mientras algún humano, en el momento de su partida, me reconocía... sabía que los condenados a muerte irremediablemente morirían y es así como sucedió en distintas generaciones. Nuestras alas se entregaban al dolor continuamente, mi locura se evidenciaba por la desilusión de los humanos... Y aprendí a tener odios... Ver las guerras me hizo reconocer sus codicias, ver a los asesinos, verles el rostro, seguirles la pista para sólo observarles, sin poder interferir ¡maldecí ser un ángel! y tuve adeptos...

Mi Padre cada vez más estricto ordenó mi separación de Cassiel, tenía una misión para sus alas ¡Sería humano! una de las más complejas misiones santas, tener su visualidad, alternar con su libre albedrío... Horrorizada por tal revelación vociferé endemoniadas palabras que hoy me avergüenzo... No quería que sufriera por los vertebrados, prefería yo sufrir por sus alas invertebradas y circunspectas, él no conocía ciertos códigos, ni siquiera había experimentado el amor, y yo era su ángel... Ser ángel de un ángel es bastante lógico...
¡Cassiel! perdona a esta benevolente, que será recluta en las guerras oceánicas, es cierto, mis alas se inmovilizan con la muerte y en mis oraciones al pie de la tumba de las marejadas, creo que moriré... Pero, tu sabes lo que valen las monedas de plata y los mortales tienen prisa en conseguirlas... Tenemos para este destierro un libro de llantos ¡y tú! no encajas en mis parámetros. Hasta ayer éramos sólo dos ángeles cambiando el curso de nuestro Padre y hoy el tiempo es nuestro verdugo... la mediocridad humana me avergüenza.

Nos apoyábamos en las alturas de estatuas de ángeles gigantezcas... en vestimentas grises y te quería como quiere un terrenal, pero en mi conciencia, para tranquilizar a mis huesos... para sentirme humana. Los ángeles son tan sombríos que parecen espectros, siempre siguiendo a los humanos y ellos ni siquiera saben que existen... ¿Para qué cuidarles?, ¿para qué guiarles si se matan entre ellos mismos?. Dos monedas de barro... Jesús doblando en la esquina... ¿Y Dios? pidiendo limosna... un ataud abierto y dos cadáveres perdidos...... tengo que llegar a los océanos... La guerra ha comenzado...
No quise ver como los humanos malditamente eran puestos en mis brazos a la hora de su muerte, verles cerrar sus ojos en cosa de segundos, hacerles retroceder en años y ver sus errores era un acto barbario para dos alas inocentes... Desaté mi armadura y me rebelé con mi creador, motivo suficiente para descender a las mareas rojas y saborear la sal del mar azul en tempestades emisarias.

Ver morir Aida fué una de mis misiones y fué ahí donde arranqué mis alas y mis plumas oscurecieron
¿Porqué Padre? ¿no querías que dos almas tan esqueléticas, fueran tan compatibles?...
Me disuelvo en el veneno ¡y tú! te empeñaste en verme distinta,¡no ves qué clase de ángel soy! no sabes acaso que pendía de un hilo y que aquel día descendí a los infiernos... Si aún me amas, ¿porqué dejas que mis alas aprisionen mi alma?, ¿es que hice algo mal en mis laberintos?... Temo por un ángel que será humano...
¡Dime!, ¡háblame!, ¿porqué me dejas así?... Mis demonios comen de mi mente, me atemorizan... ¡Berlín!... Todo lo observábamos... las estrellas, los humanos... ¡Nuestra visualidad!... Un abismo suicida - una razón- un pie, luego el otro, un ángel de tinieblas de cartón... Su final veredicto... ¿Porqué me juzgas?, ¿porqué quedo relegada a observar el curso del tiempo y ser sólo un ángel reducido a la miseria?, ¡acaso no ves que mis escritores suicidas ironizan con mi arte de volar! ¿y no entienden lo que es mi travesía, por literaturas profanas? (mi traje es de ángel, yo misma hice mis alas en los mausoleos altruístas).
Tengo mis arlequines moribundos y no sé qué es peor, si fingir que vuelo o descender en el infierno de los ángeles caídos...
Eran inteligentes debo admitirlo, tus otros hijos, grandes fueron sus descubrimientos, tan orgullosa estaba de estos efímeros que a algunos literatos ya muertos fuí a buscar para mis tertulias, eran días maravillosos pero tú Padre me exiliaste como hereje, tuve libros hermosos entre mis alas.
¡Ésta, es una de mis obras!... ¡Que comience el espectáculo!

¿Quieres ver como se vierte el veneno en mis perfiles?...

Dos ángeles de la guarda vuelan sobre Berlín, son invisibles llenos de benevolencia, ninguno dice lo que siente por el otro... ¡Que hermoso eran esos tiempos Cassiel! y en la distancia ¿me extrañarás? me dá temor el ángel del tiempo,(lee a Poe y ríe)...

No sólo lo visible es lógico... Que bueno que entiendas eso...
Mis alas serán mi escudo, la desilución lo hace vulnerable, mi bandera ya no tiene nombre y creo que en esta batalla moriré...

Alita versus el tiempo

Poe me reveló que el nepento sería la pócima que calmaría mis penas, y que esa solución borraría cualquier falta de amor, y que "nunca más" ninguna ave oscura mediase de mi pluma, y yo, me fuí por la tangente...
Hemingway discutía con Maupassant sobre las dosis, ¡una sobredosis! agregó Quiroga...
¡Mi muerte la elijo yo! les dije y es de mi predileccíon en una animación japonesa...

El Guerrero dispone de luchas que parecieran danzar en batallas, Taotoken, lo sabe y su espada tiene "el espesor de los dioses" se visualiza y se antepone a cada subyugo.
(pero esto pasará en el mañana, en el hoy, es sólo un bosquejo)
Alita va a reunión de reclutas, pues su sueño es combatir en las estrellas, Kurosawa, el androide de las artes, sigue su sombra...
Taotoken no existe todavía, se están confeccionando sus partes, pues un dios mimado dió la teoria de conocer las estrellas, a través de su descendencia.
Alita es mitad humana y mitad metal, pero eso, es parte de otra historia...
Su media humanidad la hace casi inmortal, y por eso tiene pocas espinas, vértebras y huesos escasos...
"Delimitar los océanos" es el plan de los simpatizantes, agradar a Andrómeda y dar menesteres a la luna. Alita gusta de andrómeda por ser la galaxia más cercana, pues puede observarla a simple vista e imaginar los guerreros que vendrán. Taotoken profezará la religión mañana, avanza a años luz. Mientras que los rebeldes romperán en fila pasado mañana.
Es preciso para Alita el combate, y conquistar los océanos, y poner límite a las marejadas, pues la luna es traicionera, y en las estrellas, campo neutral se realizará "la guerra de los océanos".
Alguien la sigue, huele sus pasos...
- Seguro es Kurosawa, para que habite en su película, famosas son, en el ejército las ven por telepatía -
Taotoken está listo y su espada también, Alita representa a los simpatizantes, a favor de tener naciones oceánicas, y Taotoken a los rebeldes de tener ninguna frontera marítima.
Las estrellas se abren y Alita viaja por teletransportación, Taotoken le espera impaciente, afilando su espada, visualizando su mente.
La hora es cibernética y llega puntual...
-¡No es justo! sólo poseo alas y mi tecnología es muy antigua -
Taotoken observa, y en el saludo de cortesía, le profesa benevolencia, (le han creado bién, una espada puede más que dos alas, ¡no es equilibrio!) pero también obedece órdenes,
y los dioses observan...
Las luchas parecen vampirezcas danzas, Alita tiene su encanto, y él la observa bién.
la pelea es larga tanto que amanece, Alita cede, pues tiene varios cortes, y con la espada de los dioses a favor del océano unilateral, sus alas se despluman.
Taotoken entra en un dilema "se me enseñó la piedad y la obediencia" ¿y qué es mejor?...
Y en el tiempo irreal, que no es de ayer, sinó de mañana...
Alita enviste su armadura...

El grito

Se dice que vivo, pero no es cierto y aunque sólo mi memoria conoce ese misterio, también ostenta la debilidad de lo humano y su saliva.
Y heme aquí en un momento desafiante, siniestramente maldito, en la puerta atemporal de los gemidos. Es cierto, busco algo que no encuentro, estoy desesperado, mi mano tiembla, hay un puente.
Yo me repetía una y dos mil veces la autenticidad de la muerte en completo repudio a sus tétricos designios. Ella pule mis perfiles pensaba, mientras me colorea con sus blancos matices y de una forma apetitosa encontraba la exquisitez de la muerte.
Conozco la podredumbre de la mediocridad y no la tolero, siempre hablé de ello y tuve adeptos, por eso he estado buscando, detrás de todo lo amorfo y lo divino, en los rincones maléficos seguidos por el rigor de la sangre y en la eternidad de los astros, pues sé que hay sabiduría que domesticar. He sido la sombra y la locura.
¡Sancho amigo mío!, el hidalgo caballero ha muerto, a los elevados momentos de libertad, ¡dadle muerte!.
Estoy a un paso de la nada, mis arlequines moribundos están desencantados. Es una gris tarde de domingo y mis estrellas se impacientan, la suerte ríe. Ya no tengo jeroglíficos que descifrar, sarcófagos que reinventar ni ángeles amortajados que revivir, sin embargo, uno de ellos me observa, es el ángel de lo decadente.
Loco, esa es mi condición y me encanta, ¡quiero libros!, ¡denme conocimientos!. Bierce, tu lógica irónica me estimula, ¿y Dios?, ¿acaso el Inquisidor de Dostoievsky no incitó mi locura?.
¡No Estepario!, no es el momento, en otra tertulia quizás, estoy próximo a descender en mi fatiga suicida.
¡Que demencia señores!, ¿lograré abatir mi dolor?, ¿comeré del miedo de la muerte?.
No sé si muero, pero en mi mente atraviesa tu saliva, invoco tus labios que en los míos se disuelven, me pregunto ¿pude haberla amado, aunque sólo fuera una neurona vacía?. Mis manos las convirtió en harapos, mis sabios en orates, y en vez de santos yo veía sus males de manera irracional. En las noches mustias me iluminaba esa boca escuálida que me hizo descender al mundo y escribir su nombre de manera miserable. Si el Quijote extraviara su espada sólo por pensar en unos exuberantes pechos, yo no sólo perdería mi cabeza y mi tan anhelado espanto por la curvatura de tus pestañas y tu extrema desnudez.
La vida aún me tienta, pienso que se agotan mis recursos de muerte, pero tu no estás y recuerdo que soy un maldito, entonces muero ¿o tal vez mañana?, pero el ángel de lo decadente aún sigue aquí, ¿será esta mi tarde?, la tarde tormentosa y esquelética que viene por mi. Mi conciencia de lo obsceno da pie a la histeria, la muerte toda disputante cuestiona la razón de mi suicidio acusándome de esquizofrénico.
Mi pulso se debilita, sigo buscando en el mar de las divinidades, donde la inspiración fluye en tempestades de ideas y en lugares insanos sumergidos en océanos de sangre de literatos mediocres, busco pálido, en un acto moribundo y sólo vienen tus senos y tu pelo enmarañado.
Definitivamente este corazón no olvida el lenguaje humano ni tu color marfil de papel que reía de manera exagerada. Tus libélulas disparaban miradas en un gesto grotesco (sólo por castigarme) y eso aún lo recuerdo.
Nunca hice un libro de tus fantasmas, ni un rito a tu alma, sólo literatura elocuente, sin embargo un poeta mortal escribió de un amor como este. Eran notas correctas lo admito, hermosas, capaces de enamorar. Muchas veces acerqué mis manos para palpar sus letras, besé sus prosas, toqué sus versos, mientras le pedía al ángel de la misericordia piedad, sin creer que el maldito protagonista era yo mismo. El porqué ni los dioses lo saben, pero los humanos dieron origen a nuestra leyenda.
La desprecié por su intelecto, no había tiempo para lo cursi y en mi búsqueda de lo divino no quería intromisiones, hiriéndola siniestramente.
Tenía un rostro redondo, un apellido corriente, un amor intenso y sobretodo vértebras, demasiado mortal. Mientras yo reclutaba demonios en su contra, ella cuidaba de mis ángeles.
Una vez que ejecutaba mi obra “dar vida a los espantapájaros”, no sé porqué me recordó a ella, sus manos frías, sus ojos tristes, su cabeza vacía tal vez, su propio significado.
Fui cruel, malditamente la aparté de mi lado con una simple carta. En efecto era un sabio, pero para la espantapájara fui un demonio.
Mi carta en su pecho fingía una caligrafía muy exacta, perfectamente perversa, esa angustia indirecta de ser un obstáculo.
Mi dulce espantapájara no lo pudo soportar y por definir simples melancolías, a los pies del arcángel Miguel, el que mide el valor de las almas, se dio fin de manera miserable.
Poco antes escribió con arte funestamente imborrable literatura de color bermellón, mis cálculos circulares y geométricos, mis soberbias literarias y mis latitudes geográficas sucumbieron ante tal belleza que un simple humano no podía merecer… en efecto, la tinta era su propio corazón y ¿cómo definir lo que es realmente el arte?.
Mi alma se desgarró completamente, mi espanto vociferaba gritos, en forma demencial. Entonces comprendí la melancolía pura, que apenas deja llantos y sucede a la prolongación del abandono.
¡Muero!, ¿o tal vez mañana?, el ángel de la misericordia lee a Poe y ríe.

El cielo se viste de tu literatura, los personajes no tienen rostro, mis demonios comen de mi mente (me atemorizan), mis arlequines huyen y viene tu mirada, tus gestos y otras contemplaciones.
Palpé mi rostro y con tal simetría que creí conocer de manera exagerada el dolor.
Mis ángeles se impacientan, mis libros caen… y grito.
- grito -

El cañón en la sien XIV

Como si fuera una burla, el intelectual extrae cada 2880 minutos algunos recuerdos de la tumba. El cañón en la sien XIII

El sueño de la razón produce mounstruos


"Ningún escritor es bueno si no es terrible" argumentaba Harry. Yo era su ángel en la tierra según la misión de mi Padre, yo era su sombra y su guía, susurraba a sus oídos dotes de intelectualidad para satisfacer sus incansables deseos de sabiduría, yo intercambiaba frases en sus libros para que supiera de mi existencia hasta que un día al caer mi pluma creyó reconocerme...
Un día lo encontré mirando el mar en el acantilado, mis alas se apiadaron de tanta soledad y tomé su mano; es absurda la ironía de la vida, yo no puedo intervenir, todo estaba en su mente.
Como las aguas que descienden hasta llegar a los infiernos, yo elevaba su alma y escondía sus demonios...
El me imaginaba en sus libros, pero entre tantas páginas nunca pudo ver mi faz acontra luz, nunca vió mis ojos; yo era su ángel y estaba ahí para velar sus sueños, sólo entonces me presentaba. Ideé ciertos compases para su corazón, latiendo más fuertes al imaginarme. En sus textos de ángeles subrayé una palabra tantas veces que originé en su subconciente ese nombre para mí, Armanda.
Harry era un solitario que me recordaba a mi amado Estepario (los lobos y su sabiduria calman mi ira) que Hesse, en una tertulia desesperada, había arrancado para mi alma; siempre será bienvenido en mis laberintos.
Pero la angustia tiene su encanto, y la guerra de los océanos era una batalla a la que los ángeles debíamos asistir, sabía que los condenados a muerte irremediablente morirían y Harry al fin y al cabo sólo mediante susurros y por mi poder mental me recordaba de vez en cuando en su mente, después de todo era una locura y su memoria tenía ya junto a su alma bastantes fisuras. Lo que es innegable es su poder mental, ¿y cómo se deja lo que más se ama? ver su gesto en la despedida, hizo que mis alas consideraran que era mejor no acudir al llamado de los océanos, mi armadura estaba tan próxima a su caída, que sentí por un momento mi saliva, y fué un dolor tan profundo desentenderme de un humano, que sucumbía con sus fantasmas, que al dar la media noche en mi reloj celestial le dejé con una frase para su bitácora "El sueño de la razón produce mounstruos"
Ahora tiene febriles recuerdos, sus demonios se han duplicado por no cuidar ya de su humanidad y el maldito afán de otros que piensan en su pérdida de memoria es un absurdo, es su actividad cerebral que no cesará nunca.
Es como si no durmiera pero... lo hace...
y es ahí donde el se inicia el rompecabeza

El regreso de los pálidos arlequines

Porque a Frabguistak le gustó la obra, de nuevo se abre el telón...

Suena de fondo "Saltarello" (Dead Can Dance)
favorita por los Arlequines, en sus fiestas de concilio.
Saltarello es el predilecto, su rostro pálido , su desasosiego, sus gestos en la pantomima, su popularidad circense, lo hacen de sus fiestas el anfitrión
Los arlequines hacen su entrada a la conquista del universo, los teatros circunspectos, ofrecen dos de sus obras, me intereso, pues uno de sus actores es la inspiración de mis obras.

Sube el telón y recuerdo vagamente que fuí una aprendiz de teatro... la obra comienza:

Desasosiego

Eran dias de excitación, angustia (muertos que andan despiertos)
La idea redentora del pecado aguarda en un teatro bélico para ver, lo que corresponde al común de los mortales. La sucesión de las formas agónicas, un sentimiento que escapa a la locura, se les condena de por vida a hacernos reir.
Bufones y sátiros en comparsa de a seis, adjudican la histeria en el desasosiego, muchos títeres provenientes de las cercanías son castigados por sus propios pecados, condenados a llevar una máscara...
Se relajan los miembros, en semicírculos restrospectivos...
A algunos arlequines, cuyos pecados fueron de amor, se les otorgan antifaces idólatras, a los arlequines literatos, contraer sus médulas, metamorfosear sus cerebros...

Suena la música de fondo, con mayor fuerza los tambores de la rebeldía, hacen del hombre y sus pecados, su mejor comedia.
Los aplausos colman el teatro, la gente ríe...


Muerte o exilio

Sólo dos son sus actores...
Cilio es un alma errante, disfruta de los placeres sencillos, la libertad del viento lo aquieta y ver las estrellas lo visualiza. Una vez amó, es más, una vez en distintas épocas, y Marietta creyó conocerle alguna vez... a ambos se les está prohibido el vino, pues afloran toda clase de sentimientos y eso es pecado.
La esperanza dada a los mortales es su único medio de sustento, pues el hecho de que sus vidas pasadas fueran entrelazadas, sólo uno lo admite, ¿Péro como se puede amar así, en el aislamiento? Sólo la suerte terrenal les otorga dos o tres segundos de contemplaciones, entonces caen desoladamente al temor de las malas interpretaciones y todo se reduce a una lágrima. Cilio hereda sus miedos y su insensibilidad, Marietta se esconde bajo la luna. Una ventana esta abierta...un arlequín medieval les reclama, "muerte o exilio" a lo que Marietta ríe de manera exagerada "Grandiosos han sido los funerales en mi familia".

El ángel de lo extraño

En abril los humanos son más vulnerables ¿Será por semana santa? leía de una estrofa en alguna bitácora terrestre...
Los epidosios mortíferos conductores al abismo son diversos y algunos casualmente feligreses. Un ángel me comentó que en las afueras de la abadía de Saint Michel un cristiano dió una limosna tan excesiva que el pobre infeliz de tanta gracia encendió todas las velas existentes, en todos los alrededores de Francia, lo que provocó un incendio de proporciones...
Otro ángel más atrevido logró ingresar a la visualidad de Edvar Munch y en su desesperación enajenada dió tal estruendo que tal simetría dió origen al grito más estremecedor y hoy ese ángel del espanto forma parte de un coleccionista burgués amante de relicarios y pinturas un tanto tétricas...
Mi subconciente dicta de algunas casualidades pocos afortunadas y estos extraños acontecimientos posteriores me hacen subrayar que tanta mala fortuna proviene de ese ángel de lo extraño...
-¡Mein Gott!-
¡Qué voz más absurda!, reía de mis dotes intelectualoides... Consideré que tal murmullo provenía de ciertos comentaristas eufemistas que las cosas más incoherentes recitan en mis oídos y levemente comparé que uno de los sonidos provenía de cuerdas vocales un tanto desentonadas...
Y como abril es santo logré visualizar al espectro jamás visto en mis patrones (ya sea un ángel vegetal o mineral). Era un demonio no mayor a mi dedo pulgar con una especie de inscripción ambigua en su frente, su nariz un tanto aguileña me evocaba a la época medieval dónde los polichinelas usaban los sombreros del absurdo. Cada susurro para mí una tertulia inteligente...
¿Quién es usted Sr? no nos han presentado (desconcertantes y despampanantes fueron algunas de mis humildes frases).
-¿Es que no reconoces a otros de tu especie?-
-Soy y seré el ángel de lo extraño-
(Bastante torpe fue de mi parte no reconocer a los de mi propia estirpe), era tan poco apetecible el inhumano que no lo jerarquizaba en mis congéneres; ridiculizé en cietra forma y evidencié en la retrospectiva que ¡Mein Gott! era lo mas absurdo que he escuchado de un ángel pronunciar. Pronto entendí que este angel incoherente se comunicaba en códigos telepáticos, y como ingresara a mi subconciente y entendiera mi mofa, me agarró de la mano y clavó en mí algo que parecía una espada de grueso espesor en miniatura, sólo provocando en mis plumas ligeros pinchazos; entonces cambié sobremanera mis procesos neuronales y en ángel ya calmo, ofreció para mi relajo ciertos cigarrillos de opio, y al momento de la despedida algo desfortunada (le comenté frases burlonas a mi subconciente) que este ángel se fué nuevamente hecho una furia.
Al día siguiente al ver mis alas, ví que aquellas comisuras eran más de lo evidente, pués le habían dado a la inscripción hecha para mí por Saint Exupery,
"Lo esencial es..."
La frase de esta ángel de la benevolencia estaba incompleta. Sin mi inscripción al día, no pude llegar al cielo y mi Padre me exilió con mis literatos malditos...
Mi mala educación hacia su peculiariedad y sus dotes telepáticos, hizo que este ángel se hiciera presente en mis acontecimientos menos afortunados y más increíbles, un especie de maleficio funesto cuyo ¡Mein Gott! era evidente...
Algunos bufones en sus interpretaciones circences hacían burlas de mi incompleta inscripción y en los telones de sus teatros decían...
Lo esencial es... invisible al dinero
Lo esencial es... visible a tu enmarañado pelo
Me hice adicta al opio y ahora soy la vergüenza de los ángeles en rebelión; ganas no me faltan de estrangular a este ángel extravagante (en mis febriles alucinaciones me provocaba la fina hierba arrancarle las alas) ¿y cómo se dá muerte a un demonio emergente)...
Y ya sin reputación ante los otros ángeles quise ganar nuevamente el beneplácito de mi padre, orando en la abadía escritos religiosos (en mil penitencias) que sin darme cuenta ese maldito ángel había cambiado por groseras cropolalias y frases sexistas...
¿Y qué se hace en estos casos en que la muerte te oprime?...
Por fín recordé la inscripción que el ángel de lo extraño tenía en su frente...
"El que se ríe de mi, será burlado tres veces"
Y ¿cómo se interpretan letras tan minúsculas, si los ángeles no usamos ni lupas ni lentes?...
El ángel de lo extraño es un absurdo, que Poe imaginó en sus noches de opio...

Inspirado en el cuento "El ángel de lo extraño" del maestro Edgar Alan Poe, para mis laberintos.

El faro parte II: Ninómade y Raphaela


Algunos amigos de Ninómade están contemplando el ferétro de Ligeia; su belleza hiere a los vampiros, aún durante el colapso (usando la risa nerviosa de los momentos tan tensos). Ofrezco copitas de sangre y pongo mis mejores ánimos a los funestos instantes suicidas...
Conté mis mejores anécdotas y caídas, tan buenas que los espíritus de los muertos encontraron que era el alma de la fiesta...

La noche oscura del lunes muerto, dió dos giros en el requiem, la muerte de la princesa de las sombras hizo que las estrellas miraran hacia abajo y la cruz del relicario se cubriera con un paño de terciopelo en encajes febriles...

-¡Cómo eres de absurda Raphaela!, ¿creías que este demonio te quería?... (Ninómade se burlaba)...
-Mire Sr malgesto, todos tenemos sentimientos en la tumba y si usted me invitó a su Castillo de Drácula, ¿por qué ahora me echa?, no vé que los vampiros gustan de las angelitas y más si sus plumas son tan cortas... ¡No vé que la misa de muertos toca buena música!...

(La música hiere a los vampiros; usando sólo las fuerzas oscuras que les brindan sus mentes ofrecen sus colmillos y exponen su alma a los actos moribundos)

Hoy usted me dijo, en las ultratumbas, algunas frases intensas en su féretro de su faro-castillo ¿acaso me ha confundido usted con un vil murciélago? sé que mis alas estan un poco dejaditas de la mano de Dios, pero usted es mas roto que Mayormente en el Mundo de Marguirot... hasta el Jorobado de Notredame fué más gentíl conmigo, cuando alojé en su Catedral...
Aquí, por si usted no recuerda, cuando fuí exiliada por mis maestros, aún no tenía mis alas y hoy más astuta, destruiré su relicario oxidado y sus cortinas de terciopelo negro, si no me otorga el respeto que merezco. Le doy tres lunas negras y si no me ofrece sus disculpas en el pergamino de las lágrimas, le obsequiaré una pócima para mal de amores que mi amiga Perséfone guarda para Hades cuando se pone cariñoso...

-¡Maldita Raphaela! ¡y qué demonios haces en este entierro!
¡si no has sido invitada!-

¿Cómo que nó?, seguro no le han llegado las facturas de mi celular... ¿acaso no quiso traerme usted en una carroza fúnebre, cuando yo prefería el metro?... ¡claro que tenía velas en este entierro!...
Sería una locura Sr Bestia, ¡que a sus dictámenes góticos ponga fin!, lo invito a una fiesta en mis laberintos, usted y yo sólos, un Angel y un Demonio... seríamos la envidia de algunos endemoniados que leen de mis actos... Usted es el personaje principal de mis textos de humor negro, y cómo la risa se la dí yo, yo misma se la puedo quitar...

Usted no sabe Ninómade que de mejores mausoleos me han echado...
O sinó pregúntele a Hamlet lo que hicimos fuera de nuestras tumbas...

¡Pero! los velos negros en mi piel, que cubren a perfección mis alas, tienen un sello contra los dictámenes tétricos y la benevolencia está en mis códigos, y en mis misiones santas... Así que ¡Sr de mal semblante! puede estar tranquilo con sus fantasmas, sólo oraciones le daré, bién intencionadas o mal intencionadas (eso forma parte de mi libre albedrío).

Pero hoy es el sepelio de Ligeia, y los fantasmas lloran en la circunferencia, el reloj lunar sepulta el cortejo en las ultratumbas de las citas negras, y la danza de los vampiros es preciosa cómo la de mis Arlequines...

¿Me pregunto?...
¡Cómo diablos doblo mis alas! para dormir en este féretro, ¿Porqué Ninomade? ¿si la mayoría de los ángeles están en los mausoleos? si su ataúd era tan cómodo, y calentito...
¿Me exiliaste de tu cementerio?...

Sentarme afuera de mi propia tumba y beber de esta copa (cepa doscientos años atrás) hizo por mi el desquite, atrajo al requiém de las sombra y codiciar la lápida de Ligeia.

El ángel del trapecio...

Querida Aida:

Si aún me amas, ¿porqué dejas que mi alas aprisionen mi alma?, ¿es que hice algo mal en mi trapecio?...
¡Dime!, ¡háblame!, ¿porqué me dejas así?...
Qué dolores quieres que soporte, antes que mi alma de su final veredicto... ¿Porqué me juzgas?, ¿porqué quedo relegada a observar el curso del tiempo y ser sólo un ángel reducido a la miseria? (¡acaso no ves que los humanos ironizan con mi arte de volar!) ¿Y no entienden la intención de mis elevos? (mi traje es de ángel, yo misma hice mis alas)... Aida tengo un dolor en mi alma y no sé qué es peor, si fingir que vuelo o descender en el infierno (llamado rencor). Pero así es el circo, y si pienso en mi destino, puedo caer en el trapecio ¡y no hay red! ...

Amada ángel...¡cómo me haces falta!. En mis tertulias, mis poetas me traicionan (y una vez, planearon mi suicido) me juzgan... y Fausto sigue siendo tan intelectual... y tan humano.

¡Es la ironía, abuela! (aprendo con facilidad), ¿acaso no lo aprendimos de Bierce, tu maestro favorito?. Aquí los payasos usan traje de bufones... y hay animales amaestrados, tenemos que fingir que somos felices para nuestro público.

Una bailarina (señala el suelo como último recurso) y yo finalmente río de mi benevolencia. (¡es como planeaste mi muerte abuelita!, la altura me llama y creo que toco el cielo en una rutina con mis alas rotas, pero si todo sale mal (tocaré el suelo)¡tengo miedo!
¿Es ese un buen final para una ángel caída?. ¡Es absurdo! ¡y burlezco! (ves que aprendo rápido de la maldad de los humanos). ¡Es ese!, un posible final para mi acto... Alguien lo piensa y mi verso lo escribe, mi equilibrio pende de un hilo...AHORA...

Mazinger fué en tu búsqueda ¿porqué no le dijiste nada? ¿porqué no me llevas entre tu literatura, ¡no ves que extraño la risa y el desierto bajo mis ropas!...
Alguien dice que hay un ángel para cada ingrato, alguien habla de mi belleza y mi honestidad, ¡alguien que ni siquiera me conoce, sabe de que estoy hecha!...
¡Aida estoy a un pie de la tumba!, ¡y no sé qué es peor! si ni siquiera mi Padre dicta mi sentencia aún...
¡Son las señales de humo abuelita!, alfabeto bajo las estrellas... Un anónimo bajo mis laberintos... (¡si no pones remitente, a mis actos pondré fin!)...

Me acaba de llamar mi instructor favorito, para mi clase de elevo a la eternidad, (todo queda en veremos), quizás mañana sea un buen final o un buen comienzo para el ángel del trapecio, ¿recuerdas? ¿mi traje de ángel en la cuerda floja?... Alcancé una altura increíble (ese día) ¡y fué tanta! que un ángel creyó reconocerme... PUEDE QUE LLEGUE EL MOMENTO DE MARCHARME DE ESTE CIRCO tengo mi maleta, espero que un ángel me reconozca, el tiempo corre, la suerte ríe, mañana puede que llegue al cielo, pero el suelo es frío, mis alas me pesan, la cuerda es eterna, (y si no llego) ¡cubréme bién!, ¡recuerda que fuí yo, quien cerró tus ojos por última vez!, soy una artista en el trapecio, ¡tengo miedo de caer!, no veo bien con mis ojos, y puede que pierda el equilibrio... ¡Y este es mi oficio!.

Y si escuchas un ruido, es de esta ángel que toca el suelo por última vez y si me pierdo en el aire cierra mis ojos por mí, intercede ante Dios, ¡habla con él!, ¿escribirías por mí?... ¡Es el ángel del tiempo! (y viene por mí) ¡tengo vértigo!, (el público observa)...
¡Aida! ¡creo que sin tu ayuda caeré!...

Vuelo sobre Berlín

Vuelo sobre Berlín para ver si veo a Cassiel (el ángel de las lágrimas) pues me han llegado noticias que ahora es humano, perdimos el contacto, (pero Aida algo me cuenta)...
Es mi primer viaje con mis alas de Inti, no sé el valor del dinero aún, mi imaginación la adecuo para vuelos mas diciplinados, tengo que conseguir monedas de plata para comprar su armadura... ¿Que ironías tiene la vida? siempre llorar sin lágrimas, (orar no nos bastaba) la medianía humana ¡maldita humanidad!...

Dos ángeles de la guarda vuelan sobre Berlín, son invisibles llenos de benevolencia, ninguno dice lo que siente por el otro... ¡Que hermoso eran esos tiempos Cassiel! y en la distancia ¿me extrañas? me dá temor el ángel del tiempo,(lee a Poe y ríe)...

No sólo lo visible es lógico... Que bueno que entiendas eso...

Séptimo laberinto: Las alas de Inti

Yo estaba en un templo Inca, Aida era guardiana de sus secretos y yo conocía el monasterio de la profecía...
Estaba en la misión de los ángeles del Cuzco, que consistía en refugiarnos de la codicia y violencia de los españoles. De esta forma, mi ayuda era fundamental, pues yo hablaba como ellos el Quechua. La cordillera de los Ándes la conocía como la palma de mi mano, en mis vuelos aerodinámicos (antes de la sucesión de mis alas).
Los chamanes advertían mi presencia, y me permitían el paso. Estos, vestidos a la usanza de los sacerdotes incas, me señalaban la importancia del sol y con ellos me dirigí a la cumbre del poblado...
Del otro lado de la cumbre, en dirección de los cuatro puntos cardinales estaba Perséfone. Ún águila del norte y un cóndor del sur, volaban juntos otra vez sólo para la buena nueva...
Según la creencia inca "los nuevos guardianes de la tierra vendrán por el occidente, y aquellos que causen mayor daño en la Madre Tierra tendrán que rehacer su relación con ella" eso era definitorio para Hades, él que destrozó a la Pachamama por el maldito oro junto con los españoles. (busca mis alas, como pirata, un tesoro)...

Las noticias eran tan hermosas como el imperio precolombino, el último elemento de mi laberinto, el eslabón perdido ¡mis alas de oro! confeccionadas por la escritora andina, habían sido encontradas... ¿Será posible?.
No pasaba de ser un interesante hallazgo. Sin embargo constituían en mi vida mi forma de abandonar la medianía humana, intermediar por los que mueren por causas justas y dilucidar el plan de Dios para las misiones venideras. Correspondía que el dios del sol me ayudase en esta odisea (de ir por mis alas), pues Perséfone está en esa cumbre... El dios del viento sopla terriblemente y, como mis alas son de oro, pueden ceder por gravedad... Hades es un mercenario con los objetos de valor, por eso raptó a Perséfone, por el valor de su integridad... Y puede que lleves mis alas, ahora...

Recurrí a mis sacerdotes nativos, también llamados los últimos incas y me profesaron la sabiduría de los vuelos de sus águilas...
-¡Raphaela! ten estas alas en miniatura de nuestras aves indígenas en señal de nuestra fe, mientras los colonizadores robaban de nuestro pueblo, tu orabas por el alma de nuestros muertos. Eres digna de tu Dios, mis dioses te respetan, Ángel-pacha (ángel de tierra)-
Y en medio de sus músicas tan amadas por Aida, fui en búsqueda de mis alas, cruzando a pie el altiplano, divisando mucha luz en el horizonte, ¡pero mi Dios! ¡qué es esto! ¿mis alas?...

Uno de los sacerdotes hizo una confesión para mí: -Tus laberintos de piedra fueron tallados por los espíritus incas, pero sin águlos rectos, (para que parezcan vivas)... Tus escritores no sólo eran expertos esculpiendo piedras, si no que modificaron algunas letras comandados por Aida-.

Sus etnias rendían algunos cultos a sus dioses y ellos, ya unificados en el Panteón, también veneraban a sus astros...
Aida había confeccionado mis alas con el oro de Viracocha y él amaba la intelectualidad y los juegos de ingenio. Aida sabía que él tenía un amigo que era un mago (su pájaro Inti), con dos alas de oro y por un juego de constelaciones Aida escribió (poesías a sus dioses menores) y entre tanta literatura (las alas del ave ya eran mías)...
Por eso Aida me regaló mi primer espantapájaros, por eso mi miedo a las aves...
¡Raphaela! nuestro dios Viracocha es el eje de nuestro imperio y nuestro creador como para tí lo es Dostoievski. Eres merecedora de tus alas, tú nos ayudaste con tu fé cuando la codicia colonizadora nos violentaba, oraste por nuestros muertos. Las plumas del ave de nuestro dios tenían la misión de servir al imperio inca, y tú lo hiciste a tu manera cristiana ¡pero los dioses! ¡que entienda tu Dios!, merecemos igual respeto, tu amistad con Perséfone (que es una diosa en la otra mitología) no importó para un ángel su religión, es por eso Raphaela que cediste al pie de la tumba de Aida tus alas, ser invertebrada fué tu condición... ¡Que entienda tu Padre!.
¡Perséfone la diosa encontró tus alas!... No es casual que ella antes conociera de nuestro pueblo y que en su palacio tenga algunos recuerdos de su estancia...

El sacerdote tenía razón, pero mis pecados sin mis alas, mi Padre los conoce...
Es estricto, pero ahora que tengo mis alas me prohibe la amistad con mis escritores malditos, el libre albedrío sigue su curso, pero ahora tengo misiones... ¿Ganaré el beneplácito de mi Padre?... Tengo que ir en búsqueda de un amigo al cual cederé mis tres deseos... Los que me ha dado Dios...

Balada para unos locos...

El tango es una cuestión de piel, se quiere o se odia, pero nunca se baila con la indiferencia.
A mi amigo anónimo... Aquí, el tango que más me gusta...
Balada para un loco...

Siempre mi genealogía ha estado un poco loca y en confictos bélicos, se acentúa.
La última fué la de mi padre en la guerra Albano-Kosobar y es aquí, cuando los acontecimientos relatados, adquieren cierta notoriedad en mi familia...

Mi abuelo viajó a la Argentina y desde que supo del Tango enloqueció por un acordeón. Este era una antiguedad en esa época, tenía encrustaciones de madera con un soporte de redíl, minuciosamente tallado. Mi abuelo, El Loco coleccionaba pornografía, incluso tenía dobleses, para no perder sus páginas cuando las escondía en el baño...
En su vuelta a Europa, en plena Guerra mundial, se escuchó con más furor el tango gracias a mi abuelo. Los Boinas Negras, así se llamaban sus músicos, famosos eran por interpretaciones de milongas... Y más tarde el Loco tuvo un hijo... ¡Mi padre!.

Mi padre creció con gracia, exceptuando la catalepsia que lo hizo un fenómeno (y sin contar que la locura se hereda), comenzaron las dificultades en mi familia...
Su emigrar a Yugoslavia con el tiempo, fué todo un acierto...
Vinca "La bailarina sofisticada", ejercía en él, cierta sexopatía fulminante y con tantas muertes en el conflicto croata, tuvieron la mejor decisión ... (dar música a sus muertos). En el entretanto, Vinca me daba a luz (y sin contar que la locura se hereda) se convertía así, en mi madre santa...
Los Engominados era su banda cepélica,(esta vez comandada por mi padre, y mi madre, como primera bailarina)... y acudían a cada misa de muertos. El cortejo, era una marcha de nostálgicas tangueras... Para despedir bién al cadáver... Mis padres y sus amigos cansados de la caminata, dejaban a Vinca dar dos o tres pasos de baile. Pero algo raro se producía en los asistentes, que hacía relucir lo negro de cada alma... Mi padre imaginaba a todas las mujeres desnudas y mi madre la sofisticada, desnudo a su compañero de baile... Mi abuelo el octogenario, contrabandeando en el mercado negro nazi, la vitrola de Hitler... Sería el tango, el bandoneón o la pécora milonga...
Todo era un misterio para los Engominados...
Varias veces mi padre, en estado catatónico hizo que los músicos acudieran con sus mejores galas (por si acaso, decía la sofisticada) cada pulsación malograda, cada rigidez absoluta, cada articulación circunspecta, era su posible causal de muerte.

ACLARACIÓN: No confundir a los músicos de réquiem (Los Boinas Negras: El loco, que fué mi abuelo) con (Los Engominados: El cataléptico, que fué mi padre).

El bar "los boinas negras" era una taberna de mala muerte, el nombre, homenaje a las primeras tocatas, en pompas fúnebres, en el cual mi abuelo era el fundador y su representante... -Ganarse la vida, gracias al dolor ajeno podria ser la causal- decían...
Y ébrios los despedía la noche...
Que Yugoslavia no existiera más le producía sentimientos catalépticos, y lo hacía dormir por largas horas, mientras tanto la sexópata de mi madre aprovechaba de bailar el tango con sus ropas menos explícitas... Los pésames todos el mundo se lo daba, conociera o no, al difunto.
Vinca tenía su temple y fueron esas melodías en badoneón que trajo el despecho y el desastre en la lucidez familiar...
No discuto que los celos matan (decía el loco) pero la guerra también, en forma menos exquisita (decía sofisticada).
No se podía discutir que mi familia era bastante original, madre ninfómana, abuelo enajenado, padre con problemas catalépticos y dudas existenciales, (de saber si es o no es un ente), es obvio que entiendan por que este narrador, es poco coherente...

Una noche después de una misa de muertos, en que los sentimientos oscuros habían llegado hasta el tope... Él que tanto llama a la muerte... Y ésta que se presenta... Un disparo de prueba, había alcanzado sus ventimentas (tal como se le derramaba un vaso de vino tinto en la taberna)...

Y Vinca entró en un dilema...

-Estamos en guerra y un disparo es causal de muerte, así que enterremósle-...
El octogenario hizo llamar a sus Boinas Negras, y sofisticada a los Engominados, nunca habían tocado juntos. Pero ustedes pueden imaginar cuando se trata de unir a dos bandas cepélicas con dos guerras de diferencias...
Inusitadas convulsiones, estado catatónico, respiración cero
-enterremósle-
"Estoy casi segura que está muerto, no cualquiera sobrevive a ese disparo" (sofisticada hablaba, con una pala)...

Si no hubiéramos sido todos un grupo de locos, cuál lo único que los dividía, era un par de manicomios a la manzana... Mi padre podría estar vivo ahora...

De mi padre me queda uno o dos velatorios, que al final fueron una falsa alarma y una que otra cumparsita...

Hadas

Las fiestas de concilio, no sólo las hay de arlequines y bufones, también las hay para los cristianos. Se programan las cruzadas para los santos, y declaran a algunos de sus ángeles incompetentes...

¡Raphaela! no tienes mi perdón, me dijo Dios, tener de amiga a la Diosa de la profundidad, andar con el Estepario de Hesse, sociabilizar con escritores negros -¡Hereje!-
Mi Padre se había enfadado... no cumplí otra vez la tabla de sus mandamientos...

(...Si supiera que no soy virgen...) susurraba en secreto.
-¿he sabido que los humanos mueren en su gloria?...-
¡Es por mis oraciones bien intencionadas!, ¡no piense mal!, le dije.
Y al dejarme al descubierto, nuevamente me exilió...

Caí en un lugar de interminables súplicas, era invierno, y sin alas tengo serios resfrios... Trataba de poner oido, cuando una hadita de piel como el día y cabellos como la noche se acercó y me dijo...
-Recuerde que cada sepulcro, tiene un alma; y que los amores, algunas veces, no son compatibles...-
Mi Padre, es muy estricto y no entiende mi libre albedrío. Perséfone, la Diosa del abismo se enamoró del Sakyamuni, (yo que soy un ángel, me enamoré de un demonio)... ¡Pero no te engañes hadita! se muy bién, aunque no me lo digas, que tus llantos son por un mortal. ¡Vámonos de aquí! tu hermano es un duende muy odioso, y tu sensibilidad tiene que emigrar... antes que él la esconda...
En mi bitácora hay un mapa, y el árbol más hermoso será tu morada y juntas la decoraremos...
Y seguí con viento sur, por las tinieblas del bosque, simétricamente, en su centro un hermoso árbol milenario... (y una escalerita construimos) y nos hicimos iluminar por cientos de velas. Eres femenina hadita, me recuerdas, mi fragilidad...
-Marguirot es mi nombre-
¡Hadita Marguirot!, el mio es Raphaela y tengo una amiga que es una Diosa.
-Una Diosa, Raphaela ¿estás segura?
Mi padre me exilió aquí en el invierno, no tengo alas y lo más probable que muera de frío, si no consigo una bufanda...
-Raphaela, este bosque antes era de frutos y flores, era mi parcela de descanso, mis padres la construyeron para mí, pero dos amores me dejaron en un invierno y una partida fué más inmensa... ¡Mayormente!-.
Tanto dolor me conmovió, a los humanos les asusta la belleza y otros la buscan a cualquier precio...(y la hadita pálida golpió mi corazón)
¡Perséfone! es mi amiga Diosa, sabe de conjuros y pócimas. Ella es pura benevolencia, por ahora está en las tinieblas, (pero, no será para siempre)...
¿Has escuchado de una guerra de ángeles y demonios? Sakyamuni la prepara, pero Dios es nuestro padre y no está de acuerdo...
Perséfone no lo sabe, pero su ángel la rescatará, es lo más probable, su amor es a prueba de demonios, dioses secuestradores y humanas endemoniadas...
¡Marguirot! ¡ah!.... ¡El amor!.
-Alguien viene,¡Mi padre!-
-¡Raphaela!¡desplumada ven! Perséfone la Diosa, no puede ser tu amiga, y Marguirot ¿enamorada de un humano? ¿qué es esto? ¿el apocalipsis?-...
Mi padré entró en cólera, por tanta rebeldía ¡pero en definitiva! ¿qué es la humanidad? ¿acaso no es ayudar al desamparado?¡Perséfone es mil veces humana! su ángel no tiene la culpa. Y marguirot, la hada más hermosa, ¿no es merecedora de un mortal insignificante?.
¡Padre!, no renegaré... (perdone mi humanidad), recuerde que cedí mis alas...

Y lloré, amargamente... ¡No todos somos seres perfectos! (y avancé)
¡Marguirot!, iré por Perséfone, oraré por tí, (ella es una Diosa, habla con los muertos) y yo sólo le rezo a sus almas ... Y ella sabe de la perfección de inviernos grises, pero, también tiene vacaciones y cuando eso suceda nos traerá regalos, te la presentaré (reirás) sin mis alas en invierno soy muy vulnerable... Le pediré un chaleco...

En los dominos de Perséfone sigue esta historia...

Sexto laberinto: El faro

Mis maestros decidieron un exilio transitorio, uno que de tanto espanto liberara cada una de mis prosas esqueléticas, y el océano abrió para mi el camino...
El espíritu de mi poeta predilecto precisó un periodo de siete días, de meditación y angustia ¡es por tu bién Raphaela! nada es al azar, y reían...
El mar separaba el continente asiático de mil formas poco habitables. En ningún punto se divisaba el sol. Y las sombras oceánicas, en un momento estratégico, dejaron ver al faro del destierro, sólo un alma le habitaba... sólo una...
-Señorita qué hace aquí, ¿acaso usted no sabe que este faro, es un sitio de lágrimas?...-
Ninómade era un fantasma, quejumbroso, poseía en sus espaldas la ira de otros, su espanto, talvez, me recordó a mi tan amado Siniestro...
-¡Los ángeles, no están permitidos aquí¡ ¡váyase!-

Sería una locura señor Bestia, que no tomásemos una taza de café con un poco de malicia, como mis amigos poetas... y su alma solitaria y repentina abría la boca para un sí, que en horas de réquiem segundo, se convertieron en un no de tumbas.
-¡Maldita señorita! ni alas tiene...- y yo reía .
En el faro había un relicario gótico, oxidado -es para la decoración-, dijo Ninómade.
Mi habitación de terciopelo negro, era exquisita, se oía el mar quebrando en las rocas. Mi ventana daba a todos los lugares del mundo fantasmagórico.
-Espero que esté comoda, esta habitación le perteneció a la vampiresa Ligeia, la de color tinieblas, la más hermosa de estas costas...-
¿Más que yo? ¿acaso una demonio es más hermosa que un ángel?
-¡maldita Raphaela!- y huyó ruborizado. Dí mi oración de las buenas noches y oré por su falta de humor...
Al día siguiente Ninómade me esperaba sin desayuno, sólo con algunos textos de humor negro -es para entenderle- me dijo.
Mi sátira del día no se hizo esperar, ¡Señor! su cara no es de las mejores, y en mi mundo si usted no obtiene la risa, está condenado al abismo, ¡hombre feo y pesado! no es atractivo para las ángeles, ni menos, para las endemoniadas...
-¡Señorita Raphaela! ¡usted es un demonio más astuto que yo! ... y por fin reimos juntos...los cinco dias restantes.
Antología del humor negro... se llamará mi próximo librito y en su faro de ultratumbas será el lanzamiento...
¿Quiere que invite a mis amigas Marguirot y Perséfone? conocidas son en mi laberinto por su belleza.
-Prefiero...-
-¡No me digas, señor poco atractivo, que se ha enamorado de mí!
-¡no! ¿cómo se le ocurre? un ángel y un demonio, es como ecuación sin incógnita y además a mí me espantan las rubias...
Nada es al azar...
Y Ninómade reía...
reía.

Aida, no es de Verdi


Aida, no es de Verdi, es del sol, nació en otro lugar de no sé dónde, pero era inexorable su caida en el desierto. Cuando llegó quiso ser mi abuela, mi madre y mi mejor amiga y esa era nuestra trilogía...
Cuando cumplí siete años me regaló unos aros de esfera, que yo extravié por andar de maliciosa... habían cuidado de mí, eran color márfil, pero nunca dije el significado que tenían, era mi secreto (los secretos se atesoran, y si no los puedes decir... ¡guárdalos para tu alma!). Temí que no entendiese el mensaje.
Esos aros cilíndricos eran mi conección con la coherencia, y ahora con tantas pérdidas, me encuentro en las tinieblas y con una depresión espantosa...
Aida era una gran escritora nortina, me creó las alas, me regaló mi primer principito, me inventó amigos, y tuve gracias a sus letras, mi primer libro en miniatura.

(Angél de mi guarda si aún de mí te acuerdas, susúrrame al oído, escríbeme entre tus letras, que yo a diario leo, y reconoce... si te perdí...)

Pero la angustia viene con su encanto, el réquiem de las sombras jamás pasará por aquí.
No eran sólo frases de sus escritos, era una mentira absoluta.
El viento norte y su melodía andina no se hizo esperar, y Aída presentía su partida,
la Madre del Tamarugal nesecitaba de literatos y músicos norteños y Aída, que no es de Verdi, quería morir en el desierto...
Me llené de ira y de sombras desérticas, pensé en su cortejo, charangos y flautas dulces, pero eso nunca pasó, fue en un hospital sóla y conmigo...
Sólo los ángeles se apiadaron de mi dolor, (un espíritu ganaban) y me dieron a elegir... Pero yo no pedí nada.
La tumba para Aida no tenía nombre, ni menos una frase o un memorial, era de mi responsabilidad llenar sus espacios. ¡Inmortalizar! eso quería y en un momento, al pie de su tumba oré y se hizo el milagro...
¡Darles mis alas! y por qué no... ¡ella las había creado para mí!, ese era el plan de Dios, sólo que yo lo había olvidado...

Attia, la del juego.


Attia, querida amiga, tu no eras la loca, perdona a esta saliva, que no se hizo esperar, es cierto, te dejé entre lágrimas, ¿péro, tu sabes lo que vale un denario? tenemos para este juego un libro de reglas ¡y tú! no encajas en mis parámetros, pero, hasta ayer te quería...
Te hice pasar por loca, pero en mi conciencia, para tranquilizar mis huesos, tu eras fuego y ardía en tus perfiles, pero claro está que yo soy cuerdo, tengo que llegar a la torre...
Nunca me dijiste que jugabas este juego, y más aún, que era tu favorito, ¿porqué? no querías que dos almas tan esqueléticas, fueran tan compatibles... Me disuelvo en el veneno ¡y tú! te empeñaste en verme distinto,¡no ves que clase de demonio soy! no sabes acaso que compro riquezas, que tengo un castillo y que tengo que ganar los favores del Rey?... Pero, tu saliva aún la recuerdo, y sólo para castigarme porque en el fondo rio de mis cicatrices que tu conoces bien...
¡Loca enmarañada! te tuve miedo y lo que es peor, lo tengo, por eso trato de cambiar mis códigos, perdona...

Es que la hendidura puso en mi tabla tu gemido...