El grito

Se dice que vivo, pero no es cierto y aunque sólo mi memoria conoce ese misterio, también ostenta la debilidad de lo humano y su saliva.
Y heme aquí en un momento desafiante, siniestramente maldito, en la puerta atemporal de los gemidos. Es cierto, busco algo que no encuentro, estoy desesperado, mi mano tiembla, hay un puente.
Yo me repetía una y dos mil veces la autenticidad de la muerte en completo repudio a sus tétricos designios. Ella pule mis perfiles pensaba, mientras me colorea con sus blancos matices y de una forma apetitosa encontraba la exquisitez de la muerte.
Conozco la podredumbre de la mediocridad y no la tolero, siempre hablé de ello y tuve adeptos, por eso he estado buscando, detrás de todo lo amorfo y lo divino, en los rincones maléficos seguidos por el rigor de la sangre y en la eternidad de los astros, pues sé que hay sabiduría que domesticar. He sido la sombra y la locura.
¡Sancho amigo mío!, el hidalgo caballero ha muerto, a los elevados momentos de libertad, ¡dadle muerte!.
Estoy a un paso de la nada, mis arlequines moribundos están desencantados. Es una gris tarde de domingo y mis estrellas se impacientan, la suerte ríe. Ya no tengo jeroglíficos que descifrar, sarcófagos que reinventar ni ángeles amortajados que revivir, sin embargo, uno de ellos me observa, es el ángel de lo decadente.
Loco, esa es mi condición y me encanta, ¡quiero libros!, ¡denme conocimientos!. Bierce, tu lógica irónica me estimula, ¿y Dios?, ¿acaso el Inquisidor de Dostoievsky no incitó mi locura?.
¡No Estepario!, no es el momento, en otra tertulia quizás, estoy próximo a descender en mi fatiga suicida.
¡Que demencia señores!, ¿lograré abatir mi dolor?, ¿comeré del miedo de la muerte?.
No sé si muero, pero en mi mente atraviesa tu saliva, invoco tus labios que en los míos se disuelven, me pregunto ¿pude haberla amado, aunque sólo fuera una neurona vacía?. Mis manos las convirtió en harapos, mis sabios en orates, y en vez de santos yo veía sus males de manera irracional. En las noches mustias me iluminaba esa boca escuálida que me hizo descender al mundo y escribir su nombre de manera miserable. Si el Quijote extraviara su espada sólo por pensar en unos exuberantes pechos, yo no sólo perdería mi cabeza y mi tan anhelado espanto por la curvatura de tus pestañas y tu extrema desnudez.
La vida aún me tienta, pienso que se agotan mis recursos de muerte, pero tu no estás y recuerdo que soy un maldito, entonces muero ¿o tal vez mañana?, pero el ángel de lo decadente aún sigue aquí, ¿será esta mi tarde?, la tarde tormentosa y esquelética que viene por mi. Mi conciencia de lo obsceno da pie a la histeria, la muerte toda disputante cuestiona la razón de mi suicidio acusándome de esquizofrénico.
Mi pulso se debilita, sigo buscando en el mar de las divinidades, donde la inspiración fluye en tempestades de ideas y en lugares insanos sumergidos en océanos de sangre de literatos mediocres, busco pálido, en un acto moribundo y sólo vienen tus senos y tu pelo enmarañado.
Definitivamente este corazón no olvida el lenguaje humano ni tu color marfil de papel que reía de manera exagerada. Tus libélulas disparaban miradas en un gesto grotesco (sólo por castigarme) y eso aún lo recuerdo.
Nunca hice un libro de tus fantasmas, ni un rito a tu alma, sólo literatura elocuente, sin embargo un poeta mortal escribió de un amor como este. Eran notas correctas lo admito, hermosas, capaces de enamorar. Muchas veces acerqué mis manos para palpar sus letras, besé sus prosas, toqué sus versos, mientras le pedía al ángel de la misericordia piedad, sin creer que el maldito protagonista era yo mismo. El porqué ni los dioses lo saben, pero los humanos dieron origen a nuestra leyenda.
La desprecié por su intelecto, no había tiempo para lo cursi y en mi búsqueda de lo divino no quería intromisiones, hiriéndola siniestramente.
Tenía un rostro redondo, un apellido corriente, un amor intenso y sobretodo vértebras, demasiado mortal. Mientras yo reclutaba demonios en su contra, ella cuidaba de mis ángeles.
Una vez que ejecutaba mi obra “dar vida a los espantapájaros”, no sé porqué me recordó a ella, sus manos frías, sus ojos tristes, su cabeza vacía tal vez, su propio significado.
Fui cruel, malditamente la aparté de mi lado con una simple carta. En efecto era un sabio, pero para la espantapájara fui un demonio.
Mi carta en su pecho fingía una caligrafía muy exacta, perfectamente perversa, esa angustia indirecta de ser un obstáculo.
Mi dulce espantapájara no lo pudo soportar y por definir simples melancolías, a los pies del arcángel Miguel, el que mide el valor de las almas, se dio fin de manera miserable.
Poco antes escribió con arte funestamente imborrable literatura de color bermellón, mis cálculos circulares y geométricos, mis soberbias literarias y mis latitudes geográficas sucumbieron ante tal belleza que un simple humano no podía merecer… en efecto, la tinta era su propio corazón y ¿cómo definir lo que es realmente el arte?.
Mi alma se desgarró completamente, mi espanto vociferaba gritos, en forma demencial. Entonces comprendí la melancolía pura, que apenas deja llantos y sucede a la prolongación del abandono.
¡Muero!, ¿o tal vez mañana?, el ángel de la misericordia lee a Poe y ríe.

El cielo se viste de tu literatura, los personajes no tienen rostro, mis demonios comen de mi mente (me atemorizan), mis arlequines huyen y viene tu mirada, tus gestos y otras contemplaciones.
Palpé mi rostro y con tal simetría que creí conocer de manera exagerada el dolor.
Mis ángeles se impacientan, mis libros caen… y grito.
- grito -

30 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Tu grito llegó a mis mares y tus letras cayeron entre mis montañas llenas de búhos y luciérnagas.

Tus alas necesitan descansar en la lluvia de tu rostro.

Te envío mis manos.

phillip dijo...

Busca , busca Quijote, ya Sancho no acompaña, se plego facilmente a las huestes, de busqueda buscona vana, Quijote no pares, solo descansa, hay mucho que hacer, y tanta alma descarriada,aprieta tu paso, apura tu ron,que ya vienen,que ya estan prestos a enfermarte de realidad plena y vana, como tantos y tantos mortales....



Dulces labios los tuyos...

Anónimo dijo...

Este cuento es excelente
Esta lleno de arte, anexa al protagonista a situaciones enajenadas, cita a los grandes escritores y los enfrenta, vierte la interrogante de lo que en definitiva es el arte, y lo juzga bajo su propio intelecto (y se equivoca) vierte su propia mitología, la que el mismo gracias a sus lectores la convierte en una leyenda conocida, y plantea según sus razones ¿cuál es el mejor momento para la muerte?, pero a la vez lo cuestiona. Las libélulas, el gesto grotesco, sus arlequines moribundos, el ángel de la misericordia que lee a Poe y ríe,
son de una exquisitez extrema, ¿pude amarla aunque sólo fuera una neurona vacía? lo aniquila, lleva en sus hombros una muerte producto de sus intereses personales...
Hay tanto más por agregar que me quedo corto...
Raphaela tienes demasiado talento y mis ventanas imperiales son abiertas en el palacete, intentaré que me visites cuando ore en mis mezquitas.
¡felicitaciones!

Raphaela dijo...

Ya no tengo jeroglíficos que descifrar, sarcófagos que reinventar ni ángeles amortajados que revivir, sin embargo, uno de ellos me observa, es el ángel de lo decadente.
Loco, esa es mi condición y me encanta, ¡quiero libros!, ¡denme conocimientos!. Bierce, tu lógica irónica me estimula, ¿y Dios?, ¿acaso el Inquisidor de Dostoievsky no incitó mi locura?.
¡No Estepario!, no es el momento, en otra tertulia quizás, estoy próximo a descender en mi fatiga suicida.
¡Que demencia señores!, ¿lograré abatir mi dolor?, ¿comeré del miedo de la muerte?
Raphaela quisiera tener la pluma tan afinada como la tuya, espero que esta discípula de las sombras termine luego la misión dada por tus alas a mis páginas.

Anónimo dijo...

Que gusto Raphaela tener una hermana tan talentosa, Aida nos creo bién y en definitiva toda la familia contando a nuestra madre, somos artistas, me gustaría que volvieses a un Círculo de Artes y propusieras realizar talleres pero eres tan obstinada como Aida, elegiré unas de tus obras para mis alumnas de danza, con la música que tu sugieras; es hermosa tu página te felicito.

Rodrigo Andrés dijo...

Me encanto tu grito... me llego en lo mas profundo...
gracias querido angelito...
cuidese

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Puedo escuchar el eco de mi alma escapando desde mi interior en llamas. Siento que el viento huye de mi propia voz, el pavor se ha hecho frecuencia constante, un grito registrado en los muros, en el piso de un extrañó puente...y bajo éste, mi familia permanece encerrada en terribles alucinaciones, compactas...no soy Harry, soy Munch...la mente que traspasa dolores ciegos a una tela barata, una obra de arte, dirán hipócritas de la elite complaciente...Mentira, es un grito de alerta, un grito de ayuda, ya no hay ángel para el sufriente...
Saludos Raphaela

Raphaela dijo...

Ya te lo había dicho Jorge, que llegué a tu bitácora por Edvard Munch... Este cuento es muy especial para mí. Lo escribí hace unos años y cuando lo presenté, recibí numerosas quejas por mis colegas, por su corte lírico. Estaba obsecionada, era imposible con esos escritores soberbios...
No hice arreglos, se lo envié a mi profesor, y tampoco le dió asunto, es más, estoy segura que jamás lo leyó, hasta que un buen matemático me dió la fórmula correcta...
Y quedó en cartelera.
Las soberbias no las admito, vengan de quien vengan.
Siempre trato de ayudar a mis amigos, primera regla del escritor sabio, la segunda es la objetividad...
La tercera... Es que nunca se termina de aprender, aunque debería ser la primera...

Raphaela dijo...

Alexandra
Que gusto hermanita que me visitaras mis páginas, los viajes de Alexandra los tengo en mente y ¡claro! me encantaría que trabajaras con tus alumnas algunos de mis textos, Y que nos divirtiéramos como cuando éramos chicas con los disfraces de Aida, ella es la escritora, ¿hagamos algo de ella? ¿te tinca?.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Cuarta regla del escritor sabio, no sigas las reglas, rómpelas...
Saludos Raphaela.
Cuentame de tí...

Raphaela dijo...

¿Cómo se siente el veneno en mis perfiles?...
Siento que Nanael es un ángel hermoso, llegando a mis tempestades...
Hoy ha susurrado en las profundidades, que en el duelo de musas, peor suerte han corrido las de mi especie...
Mis sombras están atormentadas por el amor de un ángel, mi frente Raphaela es de conjuros impredecibles, aveces cree conocer todas las pócimas, pero tu le diste una más fuerte... y eso causa en mi alma oscura, el efecto muerte.

Georgie boy dijo...

Que sensación opresora!, es espeluznante sentir por lo que pasa el personaje, su hastío de la vida, su sentimiento de culpa, un domingo gris, sus fantasmas que lo atacan cuando está más indefenso (pues sus ángeles se muestran indiferentes); el desaliento y el abandono triunfan al raciocinio y a las ciencias, pobre hombre...
¿Qué hubiese opinado el maestro Munch al ver que su cuadro inspiró un texto como este?, y el maestro Guayasamín?, ahh y Floyd?
Realmente magistral.

Pintaremos a los hombres que viven sufriendo y amando, Edvard Munch

Angeles dijo...

Recuerdo cuando hablamos de este texto, mas nunca lo leí, solo lo imagine a traves de su pintura.
Un abrazo.

Just Me dijo...

Hola, visitando y contandote que has ido a mis links, por el placer de tus palabras....
Esta noche te leo mas tranquila
Besos

La Flaka dijo...

Qué es el arte sino un mismísimo grito, ese que sale desde lo más profundo del corazón, una manera quizá de decir aquí estoy, esto soy, de llanto, alegría, amor y pasión.
Así me veo, así te veo, así te creo, me creo, me siento y me meto en tu interior cuando sentís algo de lo que siento yo.
Tu grito y el mío y el de tantos otros como vos y yo.
Transformación, mutación, explosión, movilización.

(Compartimos el gusto por la pintura Raphaela, muy buena elección!!)

Tejonegro dijo...

Muy bueno tu grito. Me ha gustado mucho. Ha sido un descubrimiento.

El cuadro siempre ha sido, además, uno de mis favoritos.

Gracias por tu visita. Me ha permitido encontrarte.
Un beso.

Anónimo dijo...

domingo de hemorrágia, domingo gris ke abre grietas, domingo ke busca ángeles de verdad para remediar tanta decadencia angelical, domingo ke abre sus puertas a la memoria y de la memoria salen gusanos apestosos ke jamás estuvieron allí, domingo ke se abre sobre los libros cerrados, arlekines nauseabundos vomitando tristes risas, domingo ebrio de letras, desafectos...
y los ángeles se vuelven demonios...

Verena Sánchez Doering dijo...

mi bella niña
mil gracias, estabas ahi sin estar y eso se agradece del alma
ya estoy aqui, y mi mano tambien, ya no iras sola
mi cuerpo sana, aunque mi alma duela siempre esta para ayudar, apoyar y querer
te dejo mi cariño y cuidate mucho, ya sabes que volvi
un hermosa semana y cuidate


besos y sueños

yuriflame dijo...

No sé porqué tengo la sensación que estoy leyendo a una talentosísima. Realmente hermoso y delirante tu grito. Eres la protagonista de ti misma, poeta mortal, protagonista de una perfección catapultada en tus bellas palabras, aquellas que cantan en nuestros sueños...

Brillante!!!Raphaela...te repito...eres la mejor...

Muchos abrazos.

Anónimo dijo...

¡Genial!!!!!
Podría quemarme en la hoguera ahora mismo, o dejarme ejecutar en la horca, ¡¡por fín!! algo brillante en medio de tanta basura virtual,
eres excelente, tienes alma y esencia, tienes demonios y eso lo hace voraz y te hago mi Reina.

Rodrigo Andrés dijo...

¿Como estas querida Raphaela?
deseo que tengas una muy linda semanita...
besitos
cuidese

Anónimo dijo...

Raphaela eres muy parecida a Rena,
ahora caigo con tu foto, quería preguntarte cual de tus textos es el que podríamos trabajar con mis alumnas de danza, y escríbe luego los Viajes de Alexandra ¡estás muy lenta! Un beso hermanita preciosa!!!

Raphaela dijo...

Perdona Alexandra, termino un texto para una amiga y termino el de tus viajes, creo que debo tomar en cuenta que estoy muy lenta.
TE EXTRAÑO
Raphaela.

Raphaela dijo...

Reina de Blancas
Ese texto lo espero ansiosa...
Y más la ajedrecista ¿en que estás Raphaela?.

Anónimo dijo...

Aún estoy en la bitácora, hermosa Angelus y Jorge no ha leído mis sugerencias... Estaba leyendo otras páginas tuyas otras historias y son excelentes!!! Que te lo diga un hombre puede ser alagador, pero eres la mejor, y perdona por mi amigo, total creo que debía ser sincero, en Teorías politícas para
Latinoamérica hablabas de la guerra y sugeriste tu texto y lo leí ¡es buenísimo!!! Creo que a Jorge le salió un ángel hermoso en el camino y no me refiero a Armanda.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

No confundir mis historias con la mía propia, sería asesinar al autor...Aunque siempre está la latencia de perderse en las fantasías escritas, de quizás creer que soy Harry y que Raphaela es Armanda, pero ella sigue siendo un misterio profundo.
Describeme tu mundo tangible Raphaela...ya sabes que soy un humano rebelde...

Lord Lavengro dijo...

Las plumas de mis alas se han hecho humo y sombra ante tan bella prosa! Inclino mis rodillas y os extiendo mi negra capa de incipiente vate a vuestros pies, hada de las letras.

La poesía que emerge de vuestras palabras inunda este cuento de decadente belleza y luces propias, lírica que nada más agrada a mi alma póstuma, a mi corazón reseco. Vuestra pluma ha demostrado que la prosa poética basta para hacer de un cuento una biografía del Ser.

Yo y el ángel de la muerte, mi hermano, os decimos gracias por obsequiarnos tan bellas palabras.

Lord Lavengro

Verena Sánchez Doering dijo...

bella mil gracias por estar conmigo
el amor se puede escribir y sentir de mil formas, yo solo tome desde la A a la Z, y ahora lo dejo partir
mi abrazo grand ey mi cariño enorme
mil besos


besos y sueños

Coralya dijo...

Hermoso grito, me remeció. Gracias por todas tus bellas palabras, te sigo leyendo y te enlazó a mi blog, besos,

Coralya

phillip dijo...

Lee a Poe y rie..
Lee a Nieztche y canta
Lee a Pessoa y baila...
Por nada del mundo
creere, que la melancolia te alcance...ella trabaja, maquina, en niños sin juguetes,y en morada sin musica...


saludos