Attia, la del juego.


Attia, querida amiga, tu no eras la loca, perdona a esta saliva, que no se hizo esperar, es cierto, te dejé entre lágrimas, ¿péro, tu sabes lo que vale un denario? tenemos para este juego un libro de reglas ¡y tú! no encajas en mis parámetros, pero, hasta ayer te quería...
Te hice pasar por loca, pero en mi conciencia, para tranquilizar mis huesos, tu eras fuego y ardía en tus perfiles, pero claro está que yo soy cuerdo, tengo que llegar a la torre...
Nunca me dijiste que jugabas este juego, y más aún, que era tu favorito, ¿porqué? no querías que dos almas tan esqueléticas, fueran tan compatibles... Me disuelvo en el veneno ¡y tú! te empeñaste en verme distinto,¡no ves que clase de demonio soy! no sabes acaso que compro riquezas, que tengo un castillo y que tengo que ganar los favores del Rey?... Pero, tu saliva aún la recuerdo, y sólo para castigarme porque en el fondo rio de mis cicatrices que tu conoces bien...
¡Loca enmarañada! te tuve miedo y lo que es peor, lo tengo, por eso trato de cambiar mis códigos, perdona...

Es que la hendidura puso en mi tabla tu gemido...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que este cuento es genial, detallas con mucha soltura detalles escabrosos de un game over, pero en la vida real...
También quiero aprender el juego.

anais dijo...

Hola, Raphaela! Aquí anais i.
Gracias por pasar por la Cybergalería, y por dejar tu cometrio. Como en cualquier Galería, las "muestras" suben de a dos por mes. A sí que, pasá cuando quieras y puedas. tus palabras serán bienvenidas.
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Desde la gris siesta fría porteña, anais i.