Dar vida a los espantapájaros


Nunca he sabido muy bién el por qué de mi miedo a las aves, si mis alas son mi predilección, no está bien establecido, pero algo tiene que ver con mis vidas pasadas...
Aida fué la primera en regalarme un espantapájaros para liberarme de ese desasosiego, después un ángel me confeccionó algunos los cuales iba vistiéndolos con el color de sus ropas. Mientras que Siniestro, mi amigo, vivía en las profundidades...

Los espantapájaros cuidaban de mi biblioteca, pues estaba al aire libre, todos ubicados en lugares estratégicos. Y en el descanso breve de sus piernas y brazos decían: que vida mas esclavizante...
-Y la angustia viene con su encanto, el réquiem de las sombras jamás pasará por aquí-
leía de mis textos en voz baja, temía que tantas libélulas y aves burlescas palpitasen de la envidia y que mis amigos guardianes cedieran por cansancio, y para eso necesitaría refuerzos...
Sin embargo, una vez que Siniestro ejecutaba su obra "Dar vida a los espántapajaros" una pluma negra cayó de sus alas...
Cada pincelada era de él, cada gesto, incluso su corazón (péro aún faltaban partes) para eso reclutó demonios, había detalles que perfeccionar, y al fín mis espantapájaros cuidarían de mi alma.
y luego vino el descanso... mi pelo enmarañado, mi saliva, hicieron por mí, el milagro.
El requiem de las sombras jamás pasará por aquí...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los textos que tienes en tu biblioteca, al aire libre, me dejan inquieto...
¿Cómo se te ocurrió la idea de un FRANKENSTEIN? eres mi escritora favorita...