Raphaela y Cassiel:


Dos ángeles de la guarda vuelan sobre Berlin. Son invisibles y llenos de benevolencia, ninguno dice lo que siente por el otro, no pueden intervenir en la vida de la gente. Cassiel, el ángel de las lágrimas, se convierte en humano, para ver como sienten y perciben las personas, es como si fuera un niño, pues se asemeja al principito, llega a la tierra y conoce las característas del hombre, para ello tiene que dejar en el planeta de los ángeles a Raphaela, deja sus alas y cae su armadura. Damiel es el zorro, le enseña sus secretos y lo esencial. ¿Y se pueden imaginar cual es el ángel del tiempo? en efecto la serpiente. En definitiva, todos los mayores han sido primero niños. Cassiel sin ser previamente humano era un ángel y es su finalidad, su deseo, el retornar con Raphaela. A veces tenemos que viajar a otros planetas ya sea que implique el abandono de unas alas o una flor. Es común que dejemos atrás lo que se quiere sin darnos cuenta...

3 comentarios:

Angeles dijo...

Es increible como los ángeles caminan entre nosotros, con esa inocencia y ese deseo de poder intervenir "los hombres ya no no escuchan su corazon" y es ahí donde los ángeles depositan sus mensajes. Frustración de algunos hombres, que también quisieran intervenir por quienes quieren, pero solo quedan relegados a observar el curso del tiempo...

Anónimo dijo...

Es hermosa tu manera de ver las cosas... No siempre se vé bién con el corazón, eso se llama razonamiento.

BELMAR dijo...

gracias por la invitación...